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Cáncer de mama

19 de Octubre de 2018

Cáncer de mama

 

El cáncer de seno (o cáncer de mama) se origina cuando las células en el seno comienzan a crecer en forma descontrolada. Estas células normalmente forman un tumor que a menudo se puede observar en una radiografía o se puede palpar como una protuberancia (masa o bulto). El tumor es maligno (cáncer) si las células pueden crecer penetrando (invadiendo) los tejidos circundantes o propagándose (metástasis) a áreas distantes del cuerpo. El cáncer de seno ocurre casi exclusivamente en las mujeres, pero los hombres también lo pueden padecer.

Casi cualquier célula del cuerpo puede convertirse en cáncer y propagarse a otras áreas.


¿Dónde se origina el cáncer de seno?

Los cánceres de seno pueden originarse en diferentes partes del seno. La mayoría de los cánceres de seno comienza en los conductos que llevan la leche hacia el pezón (cánceres ductales). Algunos cánceres se originan en las glándulas que producen leche (cánceres lobulillares). También hay otros tipos menos comunes de cáncer de seno.

Un pequeño número de cánceres comienza en otros tejidos del seno. Estos cánceres se llaman sarcomas y linfomas, y en realidad no se consideran cánceres de seno. Aunque muchos tipos de cáncer de seno pueden causar una protuberancia (bulto o masa) en el seno, no todos lo hacen.  Muchos cánceres de seno se encuentran en mamogramas de detección que pueden mostrar los cánceres en una etapa más temprana, a menudo antes de que puedan palparse, y antes de que se presenten síntomas. Usted debe estar atenta a otros síntomas del cáncer de seno e informarlos a su médico.

También es importante que sepa que la mayoría de las protuberancias de los senos son benignas y no cancerosas (malignas). Los tumores no cancerosos de los senos (benignos) son crecimientos anormales, pero no se propagan fuera de los senos y no ponen la vida en peligro. Sin embargo, algunas protuberancias benignas en los senos pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de seno. Cualquier masa o cambio en el seno debe ser examinado por un profesional de atención médica para saber si es benigno o maligno (cáncer), y si podría afectar su riesgo futuro de padecer cáncer.

 

¿Cómo se propaga el cáncer de seno?

El cáncer de seno se puede propagar cuando las células cancerosas alcanzan la sangre o el sistema linfático y llegan a otras partes del cuerpo. El sistema linfático es una red de vasos linfáticos (o linfático) encontrado en todo el cuerpo que conecta los ganglios linfáticos (pequeñas agrupaciones en forma de un fríjol de células del sistema inmunitario). El líquido transparente dentro de los vasos linfáticos, llamado linfa, contiene productos derivados de los tejidos y materia de desecho, así como células del sistema inmunitario. Los vasos linfáticos transportan líquido linfático fuera de los senos.

En el caso de cáncer de seno, las células cancerosas pueden ingresar en los vasos linfáticos y comenzar a crecer en los ganglios linfáticos. La mayoría de los vasos linfáticos del seno drenan hacia:

  • Los ganglios linfáticos localizados debajo del brazo (ganglios axilares)
  • Los ganglios linfáticos que rodean la clavícula (ganglios linfáticos supraclaviculares [encima de la clavícula] e infraclaviculares [debajo de la clavícula])
  • Los ganglios linfáticos que se encuentran en el interior del tórax y cerca del esternón (ganglios linfáticos mamarios internos).

Si las células cancerosas se han propagado a sus ganglios linfáticos, hay una mayor probabilidad de que las células se hayan desplazado por el sistema linfático y se hayan propagado (metástasis) a otras partes de su cuerpo. Mientras más ganglios linfáticos haya con células cancerosas del seno, mayor es la probabilidad de encontrar cáncer en otros órganos. Debido a esto, encontrar cáncer en uno o más ganglios linfáticos a menudo afecta su plan de tratamiento. Generalmente, se necesita cirugía para extirpar uno o más ganglios linfáticos para saber si el cáncer se ha propagado.

Sin embargo, no todas las mujeres con células cancerosas en sus ganglios linfáticos presentan metástasis, y es posible que algunas mujeres sin células cancerosas en sus ganglios linfáticos desarrollen metástasis posteriormente.

 

Seguimiento después del tratamiento del cáncer de seno

Muchas mujeres se sienten aliviadas y entusiasmadas al finalizar el tratamiento del cáncer de seno. Sin embargo, este también puede ser un momento de preocupación para las mujeres que temen su cáncer puede regresar, o que se sienten perdidas sin la misma frecuencia de visitas a su equipo de atención del cáncer.

Aun cuando haya completado el tratamiento, sus médicos querrán estar muy atentos a usted. Es muy importante que acuda a todas sus citas de seguimiento. Durante estas visitas, los médicos le preguntarán si tiene algún problema, y puede que le hagan exámenes y análisis de laboratorios o estudios por imágenes para determinar si hay signos de cáncer o para tratar efectos secundarios.

Casi todos los tratamientos contra el cáncer tienen efectos secundarios. Algunos de ellos pueden durar unos pocos días o semanas, pero otros pueden durar mucho tiempo. Es posible que incluso algunos efectos secundarios no se presenten sino hasta años después de haber terminado el tratamiento. Las visitas al consultorio médico son una buena oportunidad para que haga preguntas e informe sobre cualquier cambio o problema que note. Sin embargo, si usted tiene otras preocupaciones acerca de su cáncer, no tiene que esperar hasta su próxima visita programada. Usted puede llamar a su médico inmediatamente.

 

Programas de seguimiento típicos:

  • Consultas médicas: al principio, probablemente sus citas de seguimiento con el doctor se programarán cada varios meses. Cuanto más tiempo esté libre de cáncer, menos citas necesitará. Después de 5 años, normalmente se hacen una vez al año.
  • Mamogramas: si usted se ha sometido a una cirugía con conservación del seno, se necesitará hacer un mamograma alrededor de 6 a 12 meses después de completar la cirugía y la radiación, y luego mamogramas al menos cada año. Si usted se sometió a una mastectomía, será necesario que continúe con los mamogramas anuales del seno remanente.
  • Exámenes pélvicos: si está tomando cualquiera de los medicamentos hormonales, tamoxifeno o toremifeno, y aún conserva su útero, se debe someter anualmente a exámenes pélvicos, ya que estos medicamentos pueden aumentar su riesgo de padecer cáncer de útero. Las mujeres que ya han pasado por la menopausia tienen el mayor riesgo. Asegúrese de notificar a su médico inmediatamente sobre cualquier sangrado vaginal inusual, tal como sangrado vaginal o manchado después de la menopausia, sangrado o manchado entre periodos o un cambio en sus periodos menstruales. Aunque esto usualmente es causado por algo que no es cáncer, también puede ser la primera señal de un cáncer uterino.
  • Pruebas de densidad ósea: si usted está recibiendo un inhibidor de aromatasa (anastrozol, letrozol, o exemestano) para cáncer de seno en etapa inicial, o si llega la menopausia como consecuencia del tratamiento, su médico querrá vigilar la salud de sus huesos y es posible que considere medir su densidad ósea.
  • Otras pruebas: las otras pruebas, como análisis de sangre y estudios por imágenes (como gammagrafías óseas y radiografías de tórax), no son parte convencional del cuidado de seguimiento, ya que no han demostrado que ayudan a la mujer tratada con cáncer de seno a vivir por más tiempo. No obstante, puede que se realicen si usted presenta síntomas o surgen hallazgos durante el examen médico que sugieran que el cáncer ha regresado. Estas y otras pruebas también se pueden hacer como parte de la evaluación de tratamientos nuevos que se realiza en estudios clínicos. Si los síntomas, exámenes o las pruebas indican una posible recurrencia de su cáncer, se pueden hacer estudios por imágenes, como radiografía, tomografía computarizada (CT), tomografía por emisión de positrones (PET), imagen por resonancia magnética (MRI), gammagrafía ósea y/o una biopsia.

 

Factores de riesgo

Un factor de riesgo es cualquier cosa que incrementa la posibilidad de tener una enfermedad, como el cáncer.

Cada tumor tiene unos factores de riesgo conocidos y que pueden ser diferentes unos de otros.

Tener un factor de riesgo, o varios, no significa que vaya a aparecer la enfermedad. Además, muchas mujeres que tienen cáncer de mama no tienen factores de riesgo aparente o conocido. Poseer un riesgo mayor para el cáncer de mama no implica la certeza de que se vaya a padecer la enfermedad en algún momento de la vida, sólo indica cierta predisposición. Se han identificado una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de mama a lo largo de la vida. Algunos factores son más importantes que otros y pueden variar con el tiempo. En el 50% de los casos no se observa ningún factor de riesgo.

 

Factores que no se pueden cambiar

En esta sección se revisan los aspectos no modificables en una persona en concreto, como  son el sexo, la edad, la raza, antecedentes familiares o genéticos, factores hormonales endógenos o enfermedades previas sobre la mama.

  • Sexo

El ser mujer es el factor de riesgo más importante. Las mujeres tienen una glándula mamaria más desarrollada que los hombres, pero lo importante es que las células de esta glándula están sometidas al estímulo constante de los factores de crecimiento hormonales, los estrógenos y la progesterona. Los hombres pueden tener cáncer de mama pero la incidencia es muy baja: 100 veces menor que en la mujer.

  • Edad

El riesgo de padecer cáncer aumenta con la edad. Alrededor del 18% de los cánceres de mama se diagnostican en la década de los 40 y el 77% por encima de los 50 años. Por encima de los 75 años el riesgo disminuye.

  • Raza

Las mujeres de raza blanca son las que tienen un riesgo más elevado de padecer cáncer de mama. Las asiáticas y africanas son las que tienen menor riesgo. Las razones verdaderas son desconocidas todavía. Hasta ahora se considera que la relación con el estilo de vida es la razón más importante.

  • Hereditarios (factores genéticos y familiares)

Se refiere a la herencia genética: Al estado de los genes y a su expresión. Los factores hereditarios se identifican a través de la historia familiar. Una historia familiar de riesgo de padecer cáncer de mama es: Tener dos o más familiares, de primer grado (madre, hermana, hija) o de segundo grado, de línea materna o paterna (abuela, tía), con cáncer de mama o de ovario. Familiares con cáncer de mama y ovario simultáneamente. Aparición del cáncer de mama en el familiar a una edad anterior a los 50 años. Tener un familiar varón con cáncer de mama.

  • Enfermedades benignas de la mama

Incrementan el riesgo aquellas enfermedades benignas que presentan un aumento del número de células con alteraciones (proliferación atípica). El riesgo se aumenta en 4 a 6 veces. El resto de enfermedades benignas no parece que incrementen el riesgo de cáncer de mama, como la enfermedad fibroquística o los fibroadenomas.

  • Factores hormonales endógenos

La exposición prolongada a altas concentraciones de estrógenos incrementa el riesgo de cáncer de mama. La producción de los estrógenos endógenos está modulada por la función del ovario: menarquia, embarazo/s, menopausia.

Tras la menopausia la fuente de estrógenos está en la glándula suprarrenal, con una modificación en el tejido graso de la hormona que se produce en esta glándula a estrógenos (estradiol y estrona).

 

 

FUENTES:

https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-seno/la-vida-como-una-sobreviviente-de-cancer-de-seno/seguimiento-despues-del-tratamiento-del-cancer-de-seno.html

https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-seno/acerca/que-es-el-cancer-de-seno.html

https://www.aecc.es/es/todo-sobre-cancer/tipos-cancer/cancer-mama/factores-riesgo-cancer-mama

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